domingo, 7 de febrero de 2016

Y EL RÍO MESA NACE EN EL PUEBLO DE SELAS. (Paseando por los pueblos del antiguo Señorío de Molina)



La provincia de Guadalajara se encuentra mucho más cerca del mar Mediterráneo que del Océano Atlántico, sin embargo, es a éste hacia donde transcurren la mayor parte de las aguas que bien en forma de lluvia o de nieve, precipitan sobre las sierras y parameras que conforman la provincia guadalajareña.
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Hacia el mar Mediterráneo solamente se dirigen las aguas y las nieves que caen en una parte de la comarca de Molina de Aragón; esto sin contar el trasvase que desde los pantanos de Entrepeñas y Buendía llevan las aguas del río Tajo hasta la cuenca del río Segura en las tierras de Murcia y Alicante.
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Así pues como iba diciendo una pequeña porción de territorio guadalajareño vierte sus aguas al mediterráneo, y lo hace a través de dos arterias hídricas que reciben los nombres del río Piedra y río Mesa.

Río Mesa

El primero es muy famoso, por los caprichos que sus aguas calcáreas, han conformado en torno a un Monasterio zaragozano en el pueblo de Nuévalos; me estoy refiriendo al Monasterio de Piedra.

Claustro Monasterio de Piedra

Y el segundo menos popular pero no por eso menos bello; es el autor de un precioso valle desde Anquela del Ducado, hasta Algar de Mesa, donde de pronto el mismo se convierte en cañón de grandes meandros, hasta la población aragonesa de Jaraba. 
 
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Después ambos, río Mesa y Piedra se mezclan en una perfecta simbiosis en el pantano de la Tranquera.

Embalse de la Tranquer(Zaragoza)

A este punto el río Piedra llega excitado, pues apenas unos kilómetros antes acaba de despeñarse por la cascada de la cola de caballo, y ha conformado decenas de saltos y chorreras, así como un lago de espejo.


Desde ahí ambos “caminarán” juntos hasta el Jalón, a los pies de la romana Bílbilis (Calatayud); para poco después verter su líquido elemento, en el gran río Ebro, que plácidamente “pasea” más que camina” hacia el mar. 

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El nacimiento del río Piedra se lo disputan varios términos municipales…; que si lo conforman las ramblas de Campillo de Dueñas, las de la Yunta, etc… y en el fondo todos llevan algo de razón pues al final todas se juntan; aunque la opinión mayoritaria es que nace en el término municipal de Rueda de la Sierra (Guadalajara).


Sin embargo con  respecto al río Mesa, no hay discrepancias en relación a dónde brotan sus aguas; el río Mesa nace de las fuentes del pueblo de  Selas (Guadalajara).
Selas es un pequeño municipio, que junto a la nacional 211, se percibe discreto y mimetizado entre las sabinas, encinas y pinares que rodean a su caserío. 


Se sitúa a unos 1252 msnm, y desde la carretera es fácil de reconocer por su singular torre del reloj que, en un montículo del pueblo, indica a todo aquel que hacia su dirección quiera mirar la hora del día en la que estamos.

 

Mi padre herrero de profesión, en muchas ocasiones me ha contado que el chapitel que corona la torre la hizo a finales de los años 70 del pasado siglo XX, y que la colocación del mismo sobre el cubo fue todo un acontecimiento para el pueblo. 

 
 
 
A Selas se accede desde la carretera nacional 211, esa que une Alcolea del Pinar con Tarragona, por una estrecha vía, de firme asfalto y altos chopos, que recibe el nombre de calle Carretera.
  Allí mismo se conserva el cuartel de la benemérita, construido todo él en piedra, allá por el 1960,  y que ahora son casas particulares; junto al cuartel también están las viejas escuelas nacionales, que en estado de abandono, melancólicas narran un pasado no muy lejano donde el griterío de la chiquillería era el soniquete de fondo, junto al del deambular de las copas de las grandes acacias que rodean el edificio.

Podría decirse que el municipio se divide en dos barrios; el más alto y soleado que rodea la iglesia, y el bajo y situado al norte de la localidad, donde se encuentran el Ayuntamiento y el frontón.

 
La parte alta del pueblo, justo detrás de la torre del reloj, es la zona primaria que dio origen al núcleo de población.
En la plaza que se conforma bajo un viejo olmo, hay una fuente abrevadero, en cuyo frontis marca la fecha de 1918.

 
La iglesia está dedicada a la Virgen de Minerva, patrona del municipio; se trata de un sólido edificio construido en mampostería a finales del siglo XVI; con cúpula central  y crucero. 

 
Y a la cual se accede por un arco de medio punto, protegido por un soportal, el cual en una de sus dovelas tiene un curioso reloj de sol.


 
El campanario es sencillo con dos grandes campanas que suenan a arrebato en los días de fiesta, o cuando ocurre alguna tragedia, como la de aquellos aciagos días del mes de julio del 2005, cuando una devastador incendio asoló cientos de hectáreas de pino resinero, y se llevó consigo la vida de once trabajadores dedicados a la extinción de incendios.

 
 
http://www.difo.uah.es
Y es que Selas tradicionalmente ha vivido adaptándose a los recursos naturales que el entorno le ha dado, siendo la ganadería estante y transhumante, la producción de cereales de secano, y la extracción de resina, sus fuentes de actividades económica principales.


La parte baja del pueblo también cuenta con fuentes y grandes árboles, junto al frontón, un escenario fijo, desde el cual en las estrelladas noches de agosto, músicos venidos sobre todo de la zona de levante, hacen las delicias de jóvenes y mayores; más de los primeros, pues es casi ya una tradición que las modernas orquestas apenas lleven en sus repertorios los pasodobles que a las gentes de mayor edad tanto gustan de oír y de bailar.

 
 

Dejando el edificio del Ayuntamiento a un lado, 
 y caminando en dirección al pinar, a mano derecha surge un camino que acaba en una zona de descanso y esparcimiento, donde los grandes chopos anuncian la abundancia de agua, y el tintinear de cientos de cencerros, aluden a que los pastos son frescos y sabrosos para la cabaña bovina que pese a la poca población, ( en torno a 60 personas), es abundante aún en Selas.

Junto a los mencionados grandes chopos una fuente, y los primeros “pasos” de ese río Mesa, que es el que nos ha llevado a hablar de Selas.

 
 
 

En definitiva Selas, es un pueblo más de los muchos que conforman lo que era el antiguo Señorío de Molina; donde perderse por sus callejas, recovecos y plazas, es pasear por un tiempo presente, pero estático, donde parece que al reloj le cunden más las manillas; y donde la tranquilidad, la paz y el sosiego lo envuelven todo.

 

 
 
 

El aroma de los campos que circundan al apelotonado caserío, el humo de sus chimeneas, el rumor de sus aguas, y la bondad innata de los selanos y selanas hacen el resto.


Y hablando de eso, es decir de la buena gente, quiero dedicar este post, a unos grandes selanos, a la familia Langa – Maestro y a Carmen la conserje del Instituto de Molina, a la que tanta guerra di en mis tiempos de alumno de la Eso y Bachiller.

 
Por lo demás cuando paséis por Selas, ya me contaréis. FINEM


domingo, 22 de noviembre de 2015

Y EL CRIMEN FUE EN GRANADA EN SU GRANADA (Hablando del asesinato de Federico García Lorca)




 

Corrían los inicios del verano del año 1936, cuando un grupo de militares llevan a cabo un golpe militar, con el fin de derribar el gobierno democrático surgido de las urnas…; el golpe no triunfa y comienza el que ha sido uno de los peores episodios sin lugar a dudas de nuestro país, la guerra civil española.

Cuando esto ocurre, el joven escritor y poeta Federico García Lorca, por ser un destacada defensor de cuestiones como la libertad o la igualdad, huye de la capital de España hasta su tierra, la ciudad de Granada, creyendo que allí lejos de los grandes poderes del país, y bajo la protección de su familia, que era de clase acomodada, no tendría peligro alguno.

 

Así pues el poeta se refugia en la casita de descanso y recreo que su familia tiene a las afueras de Granada en plena vega del río Genil; denominada la huerta de San Vicente.


Pero la burguesía granadina, alineada con los golpistas tiene como objetivo detener al poeta; decía de éste que hacía más daño con la pluma, que un ejército entero con las armas; y el poeta con su absoluta libertad y genialidad, suponía una diana perfecta de todo aquello que más odiaban.
García Lorca había dicho en varias ocasiones, que “la peor burguesía de España era la de Granada”; esto unido a que varias familias importantes de la vega  granadina se había sentido identificadas con los personajes de las obras literarias de “la casa de Bernarda Alba” y de “Doña Rosita la soltera”; lo hacían objeto de todas las iras…

 

Así pues alertado por amigos de la familia, García Lorca decide salir de la casa del huerto de San Vicente, y refugiarse en la casa de la familia de los Rosales, amigos de toda la vida,  personas relevantes en Granada y miembros de Falange pensando que nadie sospecharía que aquí se escondía.
Pero al poco acudió hasta la casa Ramón Ruiz Alonso, activista derechista y ejecutor de la denuncia contra el poeta.

 
El corpulento fascista llegó a la casa, cuando sólo se encuentran en la misma la madre de los Rosales, y el poeta.
En un primer momento Ruiz Alonso ante el hecho de que la interlocutora es una mujer mayor, desiste en sus pretensiones y sale de la casa; mientras tanto García Lorca ya ha escuchado lo conversado y observado desde la ventana el movimiento de policías en las rodalías de la casa.


Así pues decide vestirse y entregarse, para así no meter en ningún lío a los Rosales; al poco regresan a la casa de nuevo Ruiz de Alonso y Miguel Rosales; (el amigo que protegía a García Lorca); entienden que la detención es irremediable y el poeta sale de la casa en dirección al Gobierno Civil.


Miguel Rosales explica a la madre que va a acompañar al falangista y al poeta, para ver cuál es el problema, aludiendo a que seguramente sólo querrán hacerle unas preguntas.
Federico se despidió con un abrazo de la familia que lo había acogido, diciéndoles: “no os doy la mano, porque no quiero que penséis que no nos vamos a ver otra vez…”


García Lorca marchó de la casa, vistiendo pantalón gris oscuro, una camisa blanca con el nudo de la corbata suelto, y americana al brazo.
Llegan a la sede del Gobierno Civil y hace de Gobernador Civil provisional el guardia civil  jubilado de nombre Nicolás Velasco Simarro, ya que el Gobernador Civil, el Sr José Valdés Guzmán se encuentra en una operación militar por la comarca de la Alpujarra.
Así pues y tras cachear al poeta, lo encierran en una habitación del primer piso de las dependencias; su amigo Miguel Rosales, trata de tranquilizarlo aludiendo a que hará todo lo posible por liberarlo.
Tras salir de allí Miguel trata de ponerse en contacto con el resto de sus hermanos y mover sus contactos dentro de Falange para tratar de liberar a Federico.
 
Pero esto se convertía en arduo imposible porque el Gobernador no estaba.
Eso sí Miguel Rosales hizo una declaración en el propio Gobierno Civil, contando que un tal Ruiz Alonso, había ido hasta su casa, siendo ellos una familia falangista, para detener a su huésped, sin una orden escrita ni oral. Como su tono era alto, de repente alguien le espetó: “ese Ruiz de Alonso soy yo”.
A lo que Rosales recriminó: “¿por qué te has presentado en casa de hombres de Falange, sin una orden y has retirado a mi amigo?
A lo que Ruiz Alonso contestó: “bajo mi única responsabilidad”.
Horas después  Rosales acudió de nuevo a la sede del Gobierno Civil, sabía que ya estaba allí el Gobernador; en un primer momento varios soldados le impidieron el paso, pero al fin pudo hablar de tú a tú con el Gobernador Civil de Granada.

 
Cuando Rosales le expuso los acontecimientos, el Gobernador aludió a que tenía una denuncia en relación a García Lorca; denuncia en la que se decía que: “García Lorca era un escritor subversivo; que tenía una radio clandestina en la Huerta de San Vicente con la cual estaba en contacto con los rusos; que era homosexual; que había sido secretario de Fernando de los Ríos (Político Socialista)”.
Tras leer la denuncia el Gobernador dijo que no podía liberar al Poeta, pues tenía que investigar lo denunciado, pero que estuviese tranquilo, que nada le pasaría.
 
Así pues Rosales, antes de abandonar el edificio de Gobernación, pasó a la habitación donde estaba recluido Federico; y le dio su palabra de que vendría a por él, en poco tiempo…; pero la verdad es que ya nunca más lo volvería a ver.
Al otro día Rosales, obtuvo del Gobernador Militar de Granada, el Coronel Antonio González Espinosa una orden para liberar al poeta; así pues raudo corrió hasta Gobernación.

 
El Gobernador Civil,  se puso furioso ante tal orden, y dijo a Rosales, que llegaba tarde; que el poeta ya no estaba en aquellas dependencias…; realmente Valdés mintió a Rosales para quitárselo de encima, García Lorca seguía en aquella habitación, sin más mobiliario que una mesa y una silla.
Los Rosales en ese momento además comenzaron a preparar su propia defensa, pues comenzaban a ser incómodos al poder instaurado, y podían ir contra ellos en cualquier momento.
José Valdés Guzmán, el Gobernador Civil de Granada, era descrito como un fanático perseguidor de “rojos”; sabía de la fama de García Lorca, y entendía que el ajusticiamiento de éste a sus órdenes le pondría en la palestra de los héroes de la nueva España…; pero antes de tomar la decisión llamó al general Queipo de Llano; el cual desde Sevilla, dirigía la estrategia del bando fascista en el sur de la Península. A la pregunta de Valdés de qué hacer con García Lorca, Queipo espetó: “a García Lorca hay que darle café, mucho café…”; era la particular expresión que utilizaba para ordenar ejecuciones.
 
Así pues Valdés ya tenía el camino expedito para el fatal desenlace.
La aquiescencia y orden velada de Queipo de Llano, más los pensamientos que Valdés tenía hacia García Lorca, que lo consideraba, “un rojo asqueroso, con vida privada repugnante y  y obra escrita subversiva…” hicieron el resto.
Así pues la noche del 18 de agosto, del año 1936, García Lorca fue sacado del edificio de la Gobernación Civil de Granada, iba esposado, con otro detenido, un maestro que llevaba una pata de palo, de nombre Dióscoro Galindo García, oriundo de un pueblo de Valladolid, y que ejercía como maestro de primaria en Pulianas (Granada), el Secretario de este pueblo lo había denunciado por “ferviente republicano y enemigo de la España nacional”.
 
Al salir a la calle, un joven músico reconoció a García Lorca, se trataba de Ricardo Rodríguez Jiménez; al cual unos años antes, García Lorca había regalo un violín; éste espetó a los militares y falangistas que acompañaban a la comitiva: “criminales vais a matar a un genio, a un genio criminales…”; eso le supuso una paliza y la detención.
García Lorca y Galindo García, fueron trasladados a las afueras de Granada, a lo que se llamaba Villa Concha, entre las poblaciones de Alfacar y Víznar, a un edificio en mitad del campo y rodeado de montañas, donde durante la República pasaban los veranos los niños pobres de Granada, de ahí que por la zona, denominasen al lugar las Colonias.
Aquel edificio pasó, de ser un lugar de recreo, asueto y diversión, a ser la última morada de miles de personas asesinadas, simplemente por pensar distinto…
 
Poco se sabe en relación al tiempo que el genio estuvo en el edificio de las colonias, hay informaciones contrariadas aludiendo a que quiso confesar, y así mismo en relación a que fue insultado y torturado…
A eso de las cuatro de la mañana; fueron subidos a un camión: García Lorca, el maestro de Pulianas, y dos banderilleros granadinos, Joaquín Arcollas Cabeza y Francisco Galadí Melgar; militantes anarquistas que cual grito en el desierto, habían pedido al Gobierno Republicano, armas para defenderse del zarpazo fascista.
El camión puso su siniestra marcha en dirección a Alfacar, y al poco en una abrupta curva, junto a un viejo olivar, cerca de la fuente que los árabes llamaban de las lágrimas, alumbrados con las luces del camión ; los verdugos realizaron sendos disparos para segar la vida del maestro, de los banderilleros, y del genio García Lorca.

 

Allí estaba un joven de dieciocho años, al que apodaban Manolo el comunista, el cual era el encargado de dar sepultura a los fusilados, la fosa ya estaba preparada, enseguida reconoció a los banderilleros, y luego diría que en aquella estrecha fosa, había sepultado también uno encima de otro, “a  un señor que tenía una pierna de madera (el maestro de Pulianas), y a otro señor que gastaba una corbata de lazo, de esas que usan los artistas…”

 
En aquellas horas la luna inspiradora tantas veces de García Lorca, en su cuarto creciente, ya se había escondido por Sierra Elvira, pero seguro que antes de expirar García Lorca miró hacia el Mulhacén (el más alto), y siendo conocedor de su destino, suspiraría tranquilo pensando que su pluma se pararía en ese instante, pero que su obra sería universal, sobreviviendo a pistolas y cañones… la poesía, el teatro y la prosa, no murieron en aquel alba de agosto, de hecho en ese momento los asesinos, convirtieron la escritura de García Lorca, en inmortal.

 
Al otro día Juan Luis Trescastros Medina, casado con una prima lejana del padre del poeta, dijo con orgullo por las calles de Granada, que había participado en la muerte del Poeta, y que además: “le hemos metido dos tiros por el culo por maricón…”.
Que mejor que acabar este post, con el poema que el gran Antonio Machado escribiera por estos acontecimientos, porque todo esto había ocurrido en Granada, en su Granada. FINEM

 
EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA
1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

2. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

3. Se le vio caminar...

  Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

 

LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...