viernes, 13 de febrero de 2015

TAL VEZ UN AMOR IMPOSIBLE, PERO SU LOCURA LE HIZO LIBRE. A la sombra de un Léon.




Con permiso de Joaquín, querría contaros lo que le pasó a un amigo de éste, y que a su vez Joaquín me lo contó a mí…
Joaquín tiene un amigo al que desde muy niño le detectaron una enfermedad; se trataba de una demencia degenerativa, que lo hacía ser una persona muy especial.
 
De hecho el amigo de Joaquín es un tipo formidable; con motivo de esta demencia tuvo que ser ingresado en un hospital psiquiátrico al sur de Madrid, en el pueblo de Ciempozuelos.


Al amigo de Joaquín le gustaba cubrirse la cabeza con un capirote de papel; de esa manera se imaginaba que era el capitán de un barco en busca de nuevas tierras.

Desde niño el amigo de Joaquín, estaba totalmente enamorado de una dama madrileña, y siempre que podía iba a verla; pero ahora al estar ingresado llevaba mucho tiempo sin visitarla, así que un buen día decidió escaparse del psiquiátrico; para ello nuestro protagonista se disfrazó de enfermero y así pasar desapercibido, escapando de Cienpozuelos burlando la seguridad.


Tras coger el cercanías, el amigo de Joaquín  por fin llegó a Madrid, donde residía su amada, como lo llevaba haciendo desde el año 1782…; al principio la ciudad se le hacía un poco hostil, tal vez la gente no entendía a un hombre con vestimenta tan estrambótica: espada de madera, zapatos de payaso y un capirote de papel por sombrero, no daban sensación de seriedad…; pero la cosa es que el amigo de Joaquín había decidido comerse el mundo, y antes de visitar a su Diosa, trató de juntarse con otra divinidad; en esta caso la diosa Fortuna, comprando lotería en la Administración más famosa de Madrid, Doña Manolita…

Tras pasar por Sol, por fin se dirigió al lugar de residencia de su amada; y es que sólo una persona con demencia, se  había dado cuenta de que su amada de nombre  Cibeles pese a estar rodeada de un enorme trajín de ir y venir de  coches y de gentes, estaba totalmente sola e ignorada.
 

Por fin llegó ante ella y comenzaron a hablar…; ella le confesó que estaba sola y sin marido, y él quiso sacarla a bailar…; Cibeles bajó de su carro y el Paseo del Prado se convirtió en una gran salón de baile donde ambos encandilados comenzaron a bailar, una música de Valls que parece ser venía de allí cerquita, en la otra esquina del gran  Salón un tal Neptuno les amenizaba la sesión.

Mientras tanto Madrid seguía a su aíre con ese movimiento continuo que hay en la gran ciudad, sin darse cuenta que su símbolo más preciado estaba feliz y agradecida porque alguien le había abrigado el corazón.
Tras el baile, ambos se durmieron acurrucados a la sombra de un león…

 

Esa noche a la hora de la cena en el psiquiátrico se dieron cuenta que faltaba el interno dieciséis…


Al otro día el amigo de Joaquín quiso que la relación se formalizase, estaba feliz, pues su sueño se había cumplido, su amor hacia Cibeles era correspondido; así pues decidió regalarle un anillo para pedir que se casara con él; la cosa es que el pobre amigo de Joaquín, había salido con apenas unas monedas del hospital, por lo que no podía hacer frente a tan ingente gasto, así pues por amor se atrevió a hacerlo, e hizo algo de persona no demente…;  robó un anillo en el Corte Inglés. 
De nuevo esa tarde la Cibeles fue feliz, pues el amigo de Joaquín le había cortejado y acompañado, cuando por fin se atrevió a pedirle la mano, alguien de la gran ciudad se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo, tal vez por ignorancia, o tal vez por no ser tan inteligente como un demente, raudo mostró su placa de agente y detuvo al amigo de Joaquín por posibles daños al monumento…



Me contó Joaquín que al día siguiente vio a la novia del agente, con el anillo que su amigo había regalado a la Diosa Cibeles…

 
Preocupado pregunté por su amigo, me contó que no pudo resistir que de forma tan brusca separasen sus labios de la boca de mármol de la Diosa Cibeles, y que como un pájaro del árbol, cayó triste y abatido… al mismo tiempo que la Cibeles comenzaba a llorar, siendo testigo de todo ello un taxista que por allí pasaba, el cual mudo y aturdido chocó contra el banco central…
 
Seguro que hoy otra vez la Cibeles rodeada de miles de personas “cuerdas”, ha estado sola y con el corazón sin abrigar...

 
 

Grande el artista y poeta Joaquín Sabina. FINEM

 



sábado, 7 de febrero de 2015

De cartel publicitario a icono cultural. Hablando del Toro de Osborne






Desde pequeño cada vez que con la familia nos desplazábamos desde Molina de Aragón a Madrid, mi familia para intentar relajarme en el viaje, pues como niño, lo de estarse tranquilo y quieto no iba conmigo, me contaban, que a mitad de carretera veríamos tres grandes toros, que vigilaban la vía, y saludaban a los viajeros, hablando de ello lograban que me relajase un rato, hasta que por fin, tras una colina, una curva, en un cambio de rasante aparecían soberbios y altivos unos enormes toros negros, que inmóviles y estáticos, otorgaban cierta empaque tanto al paisaje como a la propia carretera.



Corría el año 1956, cuando la marca de bebidas espirituosas Osborne, con sede en Cádiz, encarga al dibujante y diseñador gráfico Manolo Prieto, el diseño de un símbolo que identificase el brandy Veterano; tras mucho cavilar, el publicista crea como símbolo un toro negro; la marca no acepta con mucho agrado lo ideado por Prieto, pero la premura en sacar al mercado el producto, hacen que finalmente sea aceptado; a las pocas semanas la empresa lleva a cabo una campaña publicitaria revolucionaria por lo novedoso, y no era otra cosa sino la colocación de grandes vallas publicitarias de madera en las principales carreteras del país, con la forma del toro; toda ella de color negro, con el nombre de la bebida en letras rojas.


Así pues en el año 1957 se coloca el primer gran toro de Osborne; se instala junto a la carretera Nacional I, en el madrileño pueblo de Cabanillas de la Sierra.
Estos primeros toros medían en torno a los cuatro metros, los cuernos estaban pintados de blanco, y excepto los postes todos ellos estaban hechos de madera.
Tras la colocación de varios de éstos, y observando que la madera se deterioraba con facilidad por las inclemencias meteorológicas, la empresa decide cambiarlos por otros más grandes, entorno a los siete metros de altura, cuya madera se cubre con chapas; corría el año 1961.


En el año 1962 se cambia la normativa con respecto a los carteles publicitarios en las carreteras, permitiendo mayor tamaño de los mismos; y es en este momento cuando se  instalan los grandes toros que conocemos hoy en día; unos gigantes metálicos de catorce metros de altura, (equivalente a un edificio de cuatro plantas), que pesan entorno a los cuatro mil kilos, y que ocupan sobre ciento cincuenta metros cuadrados.
A lo largo y ancho de la Península e incluso en las Islas Baleares y en Melilla se colocaron estos toros, llegando prácticamente a la friolera de 500 toros.


En el año 1988 y ya consolidada la democracia, la Ley General de Carreteras, indicó la prohibición de fijar carteles publicitarios en las carreteras, por el despistar y distracción que podría acarrear para los conductores; y con ello se comenzó al desmontaje de estos grandes toros; pero varias Comunidades Autónomas como Andalucía y Navarra, Municipios, políticos, artistas, etc… comenzaron a defender la iconografía del toro de Osborne, como símbolo y monumento típico, siendo el propio Tribunal Supremo en el año 1997, el que por Sentencia autorizó su permanencia en las ubicaciones en las que estaba, por el interés estético y cultural atribuido a dichos toros; lo único que se hizo, fue eliminar el enunciado en letras rojas de la bebida, quedando el toro enteramente pintado en negro. 

http://javiercostas.com

Fuera como fuese, no se imaginaba el gran artista Manuel Prieto, y la compañía Osborne que aquella campaña publicitaria para promocionar el brandy, se convertiría con el tiempo, en monumento cultural, y un elemento más del paisaje de las principales carreteras de nuestro país; perdurando a día de hoy  más de noventa Toros, y  siendo sin lugar a dudas un icono cultural más de nuestro país. FINEM

 

jueves, 29 de enero de 2015

ALLENDE LAS MONTAÑAS: En busca del nacimiento del Río Tajo.



 
En mitad del Sistema Ibérico y en un paraje de inefable belleza se dan encuentro las provincias de Teruel, Cuenca y Guadalajara, en el punto que los lugareños denominan de los tres mojones.

 

En ese recóndito rincón nacen algunos de los ríos más importantes de nuestro país, el Tajo, el Júcar, el Cabriel, el  Turia…

 
A la zona cada provincia le ha dado una nomenclatura; para mí la denominación más bonita es la que le ha dado la provincia de Teruel, Montes Universales, en Cuenca se le denomina Serranía alta de Cuenca, y en la provincia de Guadalajara Sierra Molina.

Corralones en Sierra Molina
Ermita de San Lorenzo en Checa
A lo largo y ancho de estos sistemas montañosos, con sus valles y barrancos, se encuentran miles de idílicos lugares, de esos que apetecería poder “teletransportarse” en cualquier momento para desconectar de lo cotidiano y del mundanal ruido.  

 
 
 
Recuerdo muy bien el final de la serie de dibujos  animados David el Gnomo; la cual terminaba con lo que aparentemente era la muerte de David y su esposa Elisabeth, los cuales de inmediato se transformaban en árbol; (dos floridos cerezos)…

 

Si a los seres humanos nos ocurriese algo así, no tendría ninguna duda de que querría ser un árbol de alguno de estos valles, que seguro son parecidos a eso que los antiguos escribían sobre el Paraíso.





Cerca del turolense pueblo de Frías de Albarracín, a una altura aproximada de 1593 msnm, se encuentra un valle de tradicional uso ganadero en los veranos; en mitad de este valle un viejo poblado denominado las Casas de García, y canalizando las aguas de los vastos terrenos la fuente del mismo nombre, Fuente de García, considerándose la junta de las aguas de esta fuente, con las provenientes del pequeño arroyo de Navaseca,   el lugar donde nace el río más largo de la Península Ibérica, el río Tajo.

Allá por el año 1974, finalizando la dictadura franquista, el Gobernador Civil de Teruel Ulpiano González Medina, promovió la construcción y erección de un monumento cercano a la denominada fuente para así indicar de forma “más digna”, el punto donde las aguas del padre Tajo comienzan su andadura camino de Lisboa…, o de Murcia quién sabe.

 
El monumento genera amor y odio a partes iguales, tal vez por sus formas rectas y vanguardistas, o tal vez por la idoneidad o no de en un paraje tan bello instalar dicho monumento, muchas han sido  desde su construcción las críticas o loas al mismo.
Fuera como fuese la cuestión es que el encargo se le hizo al escultor José Gonzalvo Vives, artista oriundo de Rubielos de Mora (Teruel) y fallecido en Valencia en 2010;  y que es conocido además de por esta obra, por el monumento homenaje a Goya en la ciudad Condal,  por el busto de Goya frente a su casa natal en Fuendetodos, (Zaragoza), o el monumento al minero en Andorra (Teruel), entre muchas otras….

Monumento a Goya en Barcelona
Busto de Goya en Fuendetodos

 
Monumento al labrador y al minero Andorra









A través de las chapas de hierro dulce, se elaboró un monumento compuesto por cuatro grandes cuerpos; donde sin lugar a dudas destaca el Padre Tajo.
Sus barbas largas y extendidas hasta sus pies, hacen referencia a la gran longitud del río Tajo (1.008 km); así mismo la espada también hace referencia al nombre del río Tajo, como elemento que  taja la Península Ibérica a través al principio de grandes cañones, para finalizar en amplios valles.

 
 
En la cabeza del Padre Tajo, y a modo de corona, aparece el símbolo del hielo o de la nieve, que es el elemento necesario que da origen a los arroyos de Navaseca y Fuente García los verdaderos padres del Tajo.

A la izquierda de la estatua principal  (Padre Tajo), y en homenaje a los tres mojones de las provincias limítrofes, se configuraron tres esculturas haciendo alegoría a las mismas:
A la provincia de Guadalajara se la representa con la figura de un Caballero, en este caso el escudero del Cid, Don  Alvar Fáñez ya que la historia le atribuye a éste la toma de Guadalajara a los árabes, allá por el año 1085.
La provincia de Cuenca se representa con un Cáliz y una Estrella, y cuyos símbolos también hacen mención a la toma de la ciudad por parte de las huestes cristianas con Alfonso VIII a la cabeza, en el día de San Mateo (21 de septiembre)  del año 1177.
Por último la provincia de Teruel, se representa con el Toro y la Estrella, símbolos que hacen alegoría a la fundación de la ciudad cuando un toro se paró bajo el brillo de una estrella; leyenda que se fecha en torno al año 1171.


Antes de que se erigiese el monumento en el 1877, la Confederación Hidrológica había colocado en el lugar un mojón que a día de hoy aún pervive, indicando el origen del río Tajo, así como el nombre de los dos arroyos que aportan sus aguas al nacimiento, los ya mencionados Fuente García y Navaseca.

A partir de aquí el río Tajo o Tajillo como se le conoce en la zona, inicia su viaje hacia tierras remotas, pasando por decenas de pueblos y ciudades, siendo la salvia de vida necesaria por allí por donde pasa.

 
 
 
 
En las altas tierras del antiguo Señorío de Molina, el río Tajo pasa de arroyo a río; siendo sus aguas evocadoras de mil hechizos, pues cuando conoces al río Tajo en este curso alto, no te queda otra sino enamorarte del mismo. Y si no que se lo digan al genial Humanista José Luis Sampedro cuya memoria y alma quedó para siempre por estos barrancos evocando al “río que nos lleva”.

Fuente en Peralejos de las Truchas
Literatura aparte, darse un paseo por la confines de estas Sierras nos reconcilian con la madre Tierra, siendo un reconstituyente para el cuerpo y para el alma; ya me contaréis. FINEM


LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...