lunes, 7 de enero de 2013

Un paseo por Setiles, su laguna y su museo.



 
 Laguna de Setiles
Tras la sobremesa y el descanso de la abundante y excesiva comida de navidad, un par amigas (Susi y Laura) y el que os escribe.
 
 Decidimos ir a dar un paseo por un paraje de sencilla belleza, ubicada junto al pueblo de Setiles, (Guadalajara); a los pies de la  Sierra Menera, esa de la que a lo largo  de los siglos tanto hierro se ha extraído y que divide los términos entre Castilla y Aragón.
El monte principal de esta Sierra es el de San Ginés,  del que en cierto día os hablé en este blog.
La laguna de Setiles, tiene la peculiaridad que está en lo alto de un cerro, de hecho, para acudir a la misma desde el núcleo urbano hay que subir por un camino, hasta arribar a la pequeña depresión ubicada en lo alto de la colina.
Conformada de aguas pluviales, recoge toda la precipitación que cae en la cara oeste de la Sierra y que por su transcurrir natural irá a parar al río Gallo, al Tajo y si el trasvase (Tajo-Segura) está cerrado acabar pasando por los grandes puentes de hierro en la capital portuguesa de Lisboa…
 
 
 
Las precipitaciones que caen en la cara este de la Sierra irán al río Jiloca, al Jalón, al Ebro y al Mediterráneo.
Las aguas de la laguna tienen gran cantidad de compuesto ferruginoso, de ahí su color cobrizo incluso negruzco en algunas partes de la misma.
La laguna está partida en dos mitades, partida por una dársena de piedra que a modo de adarve divide las aguas, haciendo de presa y muro de contención, para el caso de grandes lluvias, deshielos, etc…
 
 
 
 
Nos contaban unos lugareños que por allí paseaban, que en la época estival es muy común subir al merendero que hay junto a la laguna a almorzar, comer o merendar, y que se cuentan por decenas los bañistas que pasan las horas centrales de mayor canícula.
Desde el paraje de la laguna se aprecia con total perfección además de la Sierra Menera, la Sierra de Caldereros con su guardián Castillo de Zafra, la Sierra de Aragoncillo, y Sierra Molina, con los montes del Tremedal en primera instancia.
Tras visitar la laguna dimos un paseo por Setiles; el pueblo está dispuesto a mitad de colina orientado hacia el este, siendo sus casas la mayoría de piedra rojiza de rodeno, extraída la mayor de ella en las grandes canteras del vecino pueblo turolense de Ródenas.
Tras pasar por la Casa Fuerte de los Malo de Marcilla, (familia noble del Antiguo Señorío de Molina); nos encontramos con un hombre que de manera extrovertida y con mucho sentimiento nos hablaba de los encantos de Setiles.
 
 Casa Fuerte de los Malo de Marcilla
Respondía al nombre de Manuel López, y tras estar hablando con él más de media hora nos confesó que era Alcalde y Socialista. Aludiendo a que eran unos tiempos complicados para a la primera de cambio declararse político y de izquierdas…


 

Manuel nos contó con gran entusiasmo algunos de los proyectos que está llevando a cabo en estos momento, como la ampliación de la biblioteca, la creación de un museo, y copia de  unos murales – retablo que habían en una ermita y que por el mal estado de ésta, y el valor de las pinturas el Obispado de Sigüenza hace unos años había decidido trasladar a la Sede del Obispado en la ciudad del Doncel.
Así pues en la compañía de tan ilustre guía accedimos al edificio del Ayuntamiento, un viejo caserón de piedra, que según parece una familia rica del pueblo, dejó en herencia para estos menesteres.
Manuel, nos enseñó la sala que está convertida en museo, y donde hay toda clase de elementos, instrumentos y cachivaches varios de un tiempo pasado no muy lejano que los setileños están donando de forma voluntaria y altruista en aras de este proyecto incipiente de museo.

 

 
Uno de los elementos más valiosos de toda la colección es un viejo carrillón, que no era otra cosa sino el reloj que ha presidido la antigua Casa Consistorial del pueblo durante decenas de años, y que el mismo funcionaba y funciona a modo tradicional de cuerda.
 
Después como os he dicho vimos la ampliación de la biblioteca, y la doble copia del aquel antiguo retablo; uno de ellos se volverá a poner en la ermita donde estaba el original, y el otro presidiendo la pared de la escalera en torno a la cual se distribuyen las dependencias del Ayuntamiento.
 
 
 
Sin lugar a dudas fue una muy agradable visita y recorrido, por supuesto por la buena compañía, y también por ver que pese a la grave crisis económica y social, sigue habiendo políticos, de esos que el cargo les cuesta dinero, con ilusión, vocación y muchas ganas de hacer cosas buenas por sus vecinos, y que poniendo la cultura como pretexto ha implicado a todo su pueblo en crear un museo, y sentir orgullo de lo que han sido y son.     

 
Si pasáis por Setiles y veis, su laguna y su museo, ya me contaréis.     

jueves, 3 de enero de 2013

OTRA VEZ DÍA 3, Y YA SON 74




Hoy de nuevo día 3, en este caso ya del año 2013; y quería dedicar el primer post bloguero del 2013, a unas personas a las cuales admiro desde el primer instante que las conocí.
Me estoy refiriendo a las personas que integran la Asociación de Víctimas del metro 3 de julio;  asociación integrada por heridos y familiares de fallecidos, que desde aquel fatídico  lunes del mes julio del 2006, luchan por saber la verdad de lo que allí ocurrió, luchan por esclarecer por qué en la línea 1 de metro Valencia faltaban mecanismos y medios que otorgasen mayor seguridad a los trabajadores y viajeros, luchan porque los responsables de engañar, de mentir, de manipular a la Comisión de Investigación tengan algún tipo de responsabilidad, luchan por la dignidad de los suyos, y sobre todo luchan porque un acontecimiento tan aciago nunca más se vuelva a dar .
Hoy de nuevo en la Plaza de la Virgen de Valencia, frente a la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, y al compás de las campanas del Miguelete, he vuelto a ver a padres, hijos, hermanos, nietos, amigos… de aquellos que en lo que debía ser un trayecto del suburbano entre Valencia y Torrent, dejaron sus vidas para siempre, entre otras cosas porque no había una baliza que pudiese frenar un convoy si éste se aceleraba más de lo normal, porque nadie había movido un dedo ni invertido un euro en resolver los problemas de seguridad que la curva de acceso a la Estación de Jesús denotaba a todas luces, y que tanto usuarios como sindicatos habían denunciado en multitud de ocasiones.
La Comunidad Valenciana en esos momentos era un parque temático de cartón piedra, nos hacían creer que atábamos los perros con longanizas…; al grito de “gastaremos en la visita del Papa lo que haga falta” esos días los gobernantes valencianos derrochaban a manos llenas en flores, pancartas y váteres químicos para recibir al Santo Padre, algunos de ellos incluso aprovecharon la efeméride para llenarse los bolsillos de forma fraudulenta…
 
Eran los tiempos de la Fórmula Uno, de la Copa América, de los Ferrari, la Ciudad de la Luz, los Aeropuertos del abuelito… pero fijaros que cosas, ya no había dinero para los dependientes, y desde luego tampoco lo había habido para medidas de seguridad en el metro.
 
 
De aquellos 43 fallecidos y 47 heridos, no hubo ni un solo responsable político, parece ser que todo se había hecho perfecto.
Luego tras la tragedia vino el desprecio hacia las víctimas intentando cambiar el nombre a la Estación de Jesús, para así de paso borrar la memoria, se hizo un monolito escondido a centenares de metros de donde ocurrió la tragedia, y se ponía impedimentos a las concentraciones en la Plaza de la Virgen, porque según Barberá y cía, molestaban a las homilías de la Catedral y la Basílica….
 

Gobernantes mezquinos, indignos y desde luego a todas bruces no aptos para ostentar los cargos de responsabilidad que ostentaban y ostentan… así está la Comunidad Valenciana, convertida en un erial y no sólo en lo forestal (que también); arruinada por mangantes, malos administradores, nefastos gestores, corruptos y corruptillos, curia que mira hacia otro lado, e incluso electores poco informados o que se dejaban engañar…
 
La cuestión es que hoy día 3, los miembros de la Asociación de Víctimas del metro 3 de julio, han vuelto a dar lecciones de vida, de dignidad y de bondad;  en frente en el Palacio de la Generalitat, las luces estaban apagadas…
        

sábado, 29 de diciembre de 2012

UN PASEO POR SANTIUSTE EN EL SEÑORÍO DE MOLINA



 Castillo de Santiuste
Que en términos generales, el régimen franquista era a la cultura, el patrimonio o la literatura lo mismo que a las libertades públicas, es algo que a día de hoy casi nadie pone en duda.
De ahí que en sus últimos años de pervivencia la Administración Franquista se desprendiera de mucho del Patrimonio Nacional, para de alguna manera ingresar algunas pesetas, y al mismo tiempo despojarse de bienes cuyo mantenimiento o recuperación le suponían al Estado un buen pico, y sobre todo le suponían interés por su recuperación, asunto por el que no estaban ni se les esperaba.
Por tanto en los finales de los años 60 y principios de los 70 del pasado siglo XX, fueron muchos los castillos, casas fuertes y palacetes que el Estado enajenó para ponerlas en manos privadas, fundaciones, Ongs, etc… Como veis eso de las privatizaciones, o la venta del patrimonio nacional, no es algo nuevo, sino que ya viene de lejos…
Y algo así ocurrió con los Castillos de Zafra, Embid o Santiuste en la Comarca del Señorío de Molina – Alto Tajo.
Si bien aunque la práctica a mí no me guste, es verdad que ésta ha sido en muchas ocasiones sinónimo de recuperación, restauración y rehabilitación de mucho de nuestro patrimonio histórico y monumental. Y algo así ha ocurrido con la fortaleza de Santiuste.
 
 Castillo de Santiuste
En la pasada festividad del puente de la Constitución-Inmaculada, estuve por las tierras de Molina, y quedé con Antonio Ruiz Alonso para visitar el Castillo de Santiuste, de su propiedad desde el año 1973, y en cuya restauración y rehabilitación ha invertido su tiempo y dinero en estos últimos 40 años.
El Castillo de Santiuste en el término municipal de Corduente (Guadalajara) y en la margen derecha del río Gallo, no tuvo fines belicosos, sino que fue más bien una residencia palaciega de un nombre de la zona, allá por el siglo XV.
Este noble respondía al nombre de Don Juan Ruiz de Molina, conocido como el Caballero  Viejo por su longeva vida; fue hombre de leyes, caballero y Bachiller, así como Comisionado del Señorío ante la Corona, durante el reinado de Juan II; e hizo gran fortuna durante su época convirtiéndose en uno de los nobles más importantes del Señorío de  Molina, con títulos de Señor de Embid, Santiuste, Guisema, la Torre de Antón Sánchez, el Pobo, Teros, la Serna y Terzaguilla.
 
 Juan Ruiz de Molina
Allá por el año 1434, el Rey Juan II de Castilla (padre de Isabel la Católica), le concedió el privilegio para construir la fortaleza de Santiuste.
 
 Juan II de Castilla
Su actual propietario Antonio Ruiz Alonso, es amigo de mi familia desde hace muchos años, de ahí que le pidiese hacer una visita a la fortaleza, a la cual él accedió de manera muy amable; y que realizamos en la mañana del día 8 de diciembre de 2012, festividad de la Inmaculada Concepción; a eso de las 10 horas, y pese a lo fresco de la mañana (unos 10 grados bajo cero) Antonio nos esperaba junto a los cobertizos y ermita que rodean al Castillo, y que han sido las últimas obras que Antonio ha restaurado.
El nombre de Santiuste deriva de Sant Yuste, Santijusti, o San Justo, de ahí que la ermita de la fortaleza esté dedicada a este Santo, también denominado “el Santillo” ya que según cuenta la hagiografía de San Justo, éste fue un mártir de tan solo siete años.
 
 Acceso a la ermita
Antonio Ruiz Alonso es oriundo de Molina, persona aventurera, avezada y de gran sentido común, con mucho esfuerzo y entrega ha dedicado gran parte de su vida a restaurar esta fortaleza que como os decía antes, adquirió del Estado allá por el año 1973.
 
 
Adquiere el Castillo en un importante estado de ruina; ya que en 1755 el terremoto que asoló la ciudad de Lisboa se dejó sentir por estas tierras de Molina con gran virulencia lo que supuso la práctica destrucción de la fortaleza. Luego el devenir de los tiempos y el uso de las ruinas como establos para ganado bovino y caprino hicieron el resto.
El Castillo de Santiuste es de planta cuadrada, con unos cien metros de perímetro y cuatro torres en cada una de sus esquinas; tres son almenadas y una  de ellas techada a dos aguas. Las torres tienen cuatro pisos de altura y un sótano; y junto a los lienzos de la muralla forman un precioso patio central que Antonio ha reconstruido con arcos de medio punto al estilo claustro medieval y presidido por una esbelta fuente de piedra.
 
 
La fachada principal de la fortaleza, está presidida por un gran arco de medio punto, que sirve de acceso al castillo, mirando hacia el este, justo en frente al Castillo de Molina, que desde allí se aprecia con total precisión. Sobre la puerta está el escudo de los Ruiz de Molina.
 
 Fachada principal
 
 Torre de Aragón de Molina de Aragón
Toda la fortaleza en sí, está elaborada con una excelente sillería, con importantes llagas de mortero, cal y arena; encontrándose en términos generales en un magnífico estado de conservación y mantenimiento, sobre todo gracias a lo invertido por Antonio  Ruiz; la parte occidental del Castillo es la más deteriorada, con una torre derruida y otra muy inclinada, tanto que parece peligrar y que sea próximo su colapso; Antonio me cuenta que eso está ocurriendo porque en esa parte del Castillo, éste no se basa en roca viva como la parte oriental, sino que ahí es todo relleno, y que esto junto al desnivel del terreno han hecho el resto.
 
El Castillo de Santiuste, es un bello edificio y claro ejemplo de casa fuerte señorial medieval, de la Castilla del siglo XV, donde se produce una mezcla de arquitectura de propaganda familiar, con ostentación, elementos defensivos reales y fingidos, etc…
Otra cosa que me gustó de la restauración llevada a cabo por Antonio, ha sido como ha ido adaptando el terreno circundante, para a base de relleno, realizar unos bellos jardines, donde me cuenta se han hecho bodas, banquetes, y celebraciones varias.
 
 Jardines del Castillo
Para tener más información sobre esta bella construcción, podéis visitar la siguiente página web, e informaros para el tema de visitas y excursiones, que se hacen para grupos grandes o incluso autobuses.
 (http://www.castillosantiuste.com/)
 
Quiero terminar este post mostrando mi satisfacción frente al hecho de que siga habiendo Quijotes que con más ilusión que recursos, no hayan renunciado a dedicar la práctica totalidad de su vida, la de su familia y la de su entorno más cercano, para rehabilitar monumentos,  que son un reflejo de la historia viva de una tierra, en este caso el Señorío de Molina; Las piedras de Santiuste hablan y hablarán por muchos siglos, de un tal Antonio Ruiz Alonso, ya que de no haber sido por él, Santiuste solamente sería una  reseña literaria en algún libro de historia.

 
 Antonio Ruiz Alonso



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