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domingo, 17 de enero de 2021

MOLINA DE ARAGÓN, REFERENCIA DEL FRÍO EN ESPAÑA. (algunos apuntes sobre la historia de su estación meteorológica)


Panorámica de Molina de Aragón (Fotografía de Miguel Ángel Langa)

     Desde siempre me ha gustado imaginar, de la exitencia de un saquito, rollo esas bolsas de tela para portar el pan, en la que se pudiese guardar el frío y el calor, es decir coger ese frío de los inviernos de Molina y soltarlos en verano pegajoso de Valencia y viceversa…, pero claro eso son cuestiones de la imaginación…

(Foto Logo-Saco-M_gico-transp.gif)

     Y os cuento estas cosas mías a colación de lo famosas que son la ciudad de Molina y sus tierras, cuando llegan los meses de invierno; rara es la semana que algún medio de comunicación no nombra Molina para reflejar sus gélidas temperaturas.

Castillo de Molina
      

    A algunas personas les parece mal que sólo saquen a la capital del Señorío por las cuestiones del frío, pero yo creo en esa máxima de la publicidad y el marquetin, que dice que, siempre que se nos nombre es publicidad; eso si, hay que aproverchar las efemérides para poder mostrar al mundo, el paraíso natural que es la comarca de Molina, o también para indicarles, que pocas cosas tan bellas como en las frescas noches de verano, observar ese cielo que casi lo tocas con la mano.


Cielo nocturno en la comarca de Molina de Aragón.(Foto de https://lasaliagas.com)  



Cielo nocturno en la comarca de Molina de Aragón (Fotografía de https://omnifoto.fotografodigital.com)

         Por cierto a propósito de la aparición de Molina en los medios de comunicación; no son pocas las veces que bien por el apellido (de Aragón), o bien porque con las prisas no han observado la geografía, sitúan a Molina en la provincia de Teruel, Zaragoza, Cuenca, o directamente nos llevan a Murcia con eso de Molina del Segura…; como dice el periodista Antonio Herráiz, "ya casi lo de menos es que nos llamen manchegos".

 


 


 


         La cuestión es que “el culpable” de que en los meses de invierno Molina aparezca en los medios, lo tiene el observatorio meteorológico que el Gobierno de España colocó en la ciudad allá por el año 1947.

Observatorio meteorológico del Aemet en Molina de Aragón

         La cosa es, ¿Cómo que en plena posguerra, un Estado que apostaba entre cero y nada por la ciencia colocó en Molina de Aragón un observatorio meteorológico?  Y la respuesta a esta pregunta la tenemos en la aviación y en la situación geográfica de Molina, justo en la línea que llevan los aviones entre Madrid y Barcelona, y el resto de centro Europa.

Río Gallo

         Es por ello que en los años cuarenta del siglo XX, el denominado Ministerio del Aire, comenzó a instalar observatorios meteorológicos, para que éstos diesen información de las condiciones atmosféricas y climáticas, y así asegurar el tráfico aéreo.

Torre y veleta del Giraldo

         La cuestión es que al poco de su instalación, con la arribada de la estación invernal, el observatorio marcaba temperaturas extremadamente bajas, cuestión que hizo extrañar al Ministerio del Aire, lo mismo pasaba con el instalado a las afueras del turolense pueblo de Calamocha…; estos datos hicieron pensar a los técnicos del Ministerio que las instalaciones funcionaban mal, o que las personas encargadas de recoger los datos (pues los observatorios no estaban tan automatizadas como ahora), no sabían recoger esos datos.



         La cosa es que al poco tiempo, ya se observó que toda esta zona registraba las temperaturas más bajas del país en zona habitada.


         Desde aquel 1947, el observotorio ahora de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), y antes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha marcado importantes efemérides, este mismo mes de enero del año 2021 llegó a los 25,2ºC bajo cero, 

 

    


     Y eso que la actual ubicación del observatorio puede suavizar las temperaturas, como así atestigua el periodista y experto en meteorología Vicente Aupí; hay que decir que el observatorio de Molina de Aragón, a penas se ha movido unos metros del lugar donde se intaló en el año 1947; lo que ocurre es que la población guadalajareña, ha crecido justo en esta dirección, el Sr. Aupí, en su libro “el Triángulo del Hielo”, que por cierto si os gustan estos temas, o recomiendo encarcidamente indica que: “en sus primeras décadas de existencia el Observatorio de Molina se caracterizaba por una toma idónea desde el punto de vista de su ubicación, al encontrarse fuera de la zona urbana, pero desde finales del siglo XX, es evidente que la isla de calor de la población le repercute directamente en los registros, y que éstos se han suavizado con respecto a los que se daban antes…” . Atendiendo esta cuestión no estaría mal que tanto la Aemet, como el Ayuntamiento de Molina estudiasen este tema, y se buscase una nueva ubicación para el observatorio; yo lego en el tema sólo lo expongo, ya que ésta es cuestión de los expertos en la materia.

 


Río Tajo

         Las condiciones para que la helada sea bestial, son varias, primero que el suelo esté nevado, segundo que el cielo se quede raso, y tercero, que haya absoluta calma de viento, estas tres variables en conjunción son las que se han dado en la segunda semana del año 2021, y son las que se dieron en aquel 28 de enero del año 1952, en la cual el observatorio marcó su record.

 

Panorámica de Molina de Aragón (Fotografía de Miguel Ángel Langa)

         La mañana de aquel 27 enero, (víspera de la temperatura record), cayó una precipitación en forma de nieve en torno a 16 Mm. (16 litros por metro cuadrado), por la tarde el cielo se arrasó, y el viento se paró absolutamente; en la madrugada del 28 de enero, a eso de las 7:00 horas, el termómetro marcó en Molina de Aragón -28,2ºC.

Gráfica Aemet. -28,2ºC

         Los encargados del observatorio meteorológico en ese momento, los Sres don Rafael Sousa Alaejos y el Sr. don José Antonio Martín Corral, gustaban de contar las anécdotas de aquel lunes de enero, el Sr. Martín decía que cuando como todos los días mandó a la Sede Central del Servicio Meteorológico Nacional, el parte con las temperaturas registradas; le llamaron desde dicho organismo para preguntarle “si se había vuelto loco o estaba de broma”; José Antonio con su tono de voz un poco a lo Fernando Fernán Gómez, decía: “y yo les dije que ni locura ni broma; la gráfica lo dejaba muy claro, esa noche se habían rebasado por debajo los -28 º C, en pleno casco urbano.”


         Con respecto al frío hay que decir que no solamente esos -28,2ºC han sido sonados, también lo han sido por las fechas en las que han ocurrido los -1,8ºC en 6 de junio de 1969, el ajustado  1ºC del 9 de julio de 1967, los  0ºC el 29 de agosto del año 1993 en plenas fiestas patronales, o los -3,6º C el 28 de septiembre de 2007…

         Otra cuestión que nos podemos hacer a colación de todo este tema es ¿por qué en las tierras de Molina de Aragón hace tanto frío?; una vez escuché  al divulgador científico don Manuel Toharia, decir que es una zona situada a mucha altitud, en mitad de unas parameras, donde no hay elemento físico que tape o proteja; y ponía el siguiente ejemplo que más o menos venía a deir que si pones una olla con cocido y la destapas, el cocido enseguida se enfriará, mientras que si está medio tapada, o protegida aunque sea con un trapo, el frío no entraría con tanta intensidad…, pues bien Molina y sus parameras son la olla sin tapar, totalmente a la intemperie, y sin ningún elemento físico que las proteja…

 

 

 

    No quiero acabar este post, sin antes agradecer el ingente trabajo de los y las observadores/as meteorológicos que desde aquel 1 de enero del año 1947, con su dedicación, esfuerzo y pericia, no han dejado de anotar todo lo ocurrido climáticamente en Molina de Aragón, creando un minucioso archivo en el que no existe ni una sola laguna diaria u horaria.

 

    Dicho todo lo anterior, querid@s lectores/as que os habéis paseado por este post, además de agradeceros vuestra dedicación a ello indicaros que, lo que hablamos del frío no os haga temer su visita a la comarca, la gastronomía molinesa, el acondicionamiento de sus casas, hoteles y alojamientos rurales, y el bueno rollo de los molineses, todo ello junto a la belleza del entorno, os hará olvidar que fuera Quíone (el Dios griego del invierno), está haciendo de las suyas. FINEM.

 

 

 

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