domingo, 2 de enero de 2011

BRINDIS, En Nochebuena y Nochevieja

Estimados/as amigos/as blogueros/as; de nuevo ya estoy por aquí para como se suele decir seguir dando la vara…
Como lo prometido es deuda, os voy a contar lo bien que resultó la Nochebuena en Molina de Aragón (Guadalajara), y algo sobre la Nochevieja.
Comienzo con la primera: La noche fue fría a eso de las 20:00 horas, los termómetros ya marcaban los 8 grados bajo cero, esto unido al fuerte viento del Zierzo, hacían que la noche no fuese la más indicada para andar en bañador.

Así pues la única manera de reunir a los vecinos en la calle, es como se ha ido haciendo desde tiempo inmemorial en estas zona de la paramera molinesa, encendiendo grandes fogatas en calles y plazas, y acompañando a las mismas de turrón, sidra y villancicos; de esta manera tan familiar y amistosa iniciamos los molineses el ritual de la Nochebuena, el resto es como en todos los sitios, con buena cena, misa de gallo (apta a todos los públicos), y gaseosas de papel para rebajar la gran panzada.

Después vinieron los santos inocentes, y la Nochevieja, que os voy a decir de la nochevieja que no sepáis, si hace meses que las radios en las grandes ciudades nos bombardean sobre las salas de fiestas, los restaurantes, … y la gran oferta variada de servicios que se producen esa noche para pasarlo bien, eso sí al doble de precio.
En el pueblo y con los amigos, nos salió la nochevieja por 20 euros cada uno, y hasta bien entrada la noche, bueno ya era de día…
Pero eso no quita para que se produjese el estrés de todos los años; cuando ya estás listo para irte, te dicen, ¿te has puesto los calzoncillos rojos?...”haiba, los calzoncillos”; y de nuevo, descálzate, quítate los vaqueros, los “gallumbos” que están limpios, pero como te los has puesto ya media hora, los llevas a la lavadora, ponte los rojos, y de nuevo a empezar.
Cuando ya crees que lo tienes todo, alguien te dice, ¿te has traído algo de oro para meterlo en la copa donde brindarás?... y yo contesto sirve la medalla de la comunión, creo que la guarda mi madre, pero ya no vuelvo a casa… y enseguida alguien te recuerda, “bua, pues sin oro en la copa, olvídate de ahorrar en el 2011”
La cena muy buena, cada amig@ trajo de su casa distintas delicatessen, hechas por… las madres.
Sin casi darnos cuenta, y aún cenando llegamos a las 23;45 horas, todos/as muy nerviosos, tal vez por seguir la retransmisión de las uvas en tele 5, y es que a esa hora estaban los de Sálvame impartiendo cultura y educación a raudales…
Luego tres bellas mujeres Sara Carbonero, Marta Fernández y Paula Rubio, nos dieron las uvas, con la pertinente explicación de que hay una bola que baja, que hay cuatro cuartos, y que cuando el reloj marque las 24 horas, es que son las 24 horas… en fin menos mal que nos explican todo esto. Aunque siempre me queda la duda de para qué coño sirve la bola que baja y los cuartos.

Cuando por fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo: Cla, cla, cla, cla... <> > es la bola>>: cla, cla, cla... Din-don... - ¡Ah no, que son los cuartos! Din-don... - ¡Escupid que son los cuartos! Din-don... - Pfbbbbbbbb... ¿qué son qué? Din-don... - Los cuartos... Ton... - ¡Ahora, ahora! Ton.. - ¡Una! - ¡Que no, que vamos por la segunda! Ton... - Pues me meto dos... Ton... - Seis... - ¿Cómo que seis? Ton... - A mí ya no me caben más, ¿eh? Ton..-¡Eh!, ¡deja mis uvas, cabrón! Ton... - ¡Es que se me ha caído una al suelo! Ton... - Bgrfds... Ton... - Bggggdffffff... Ton... - A mí ya no me quedan... Ton... - Bgggggdffffff.... - ¡Pues a mí me sobran cuatro! Ton... - Bfgggggggg, grounfffffff... Y cuando acabaron, todos/as los amigos/as con la boca llena de babas, a darse besos: - Feliz año, eeeeeeeeeh, felicidades, grfdddfd... Y suena el teléfono: ¡riiiiiiiiiing! - ¡Pero coño! ¿Ya están llamando? ¿No se pueden esperar? - Pues a mí todavía me sobran dos...
Enseguida de las uvas, llega la primera discusión del año, ¿qué preferís champán o sidra? Yo champán, yo mejor sidra, que es mas digestiva (siempre está el típico espectador de Saber vivir), así pues acabas o por no abrir ninguna, o si eres prudente, pues beber lo que te pongan.
Por fin, después de hacer sobremesa y tomar la primera copichuela te vas a algún garito, esta noche todo el mundo lleva gorros de viquingo, de papá Noel, o narices postizas cuyo molde creo que lo sacaron de la mía; el problema es que al local que vayas, si caben cien personas, el dueño lo ha habilitado para quinientas… puedes quedarte en la calle, pero el frío te hace optar por entrar. Los altos como yo (170 cm.) lo pasamos fenomenal, cuando son miles los perdigones que te caen del cielo cuando el que te desea feliz año nuevo, ya se ha tomado tres güisquis.
Lo bueno que tiene ir a un sitio así es que te puede pasar cualquier cosa. A mí hace dos años me ocurrió de todo. Yo estaba tan tranquilo, tomándome mi cubatita de garrafón, cuando de repente un tío me cogió por detrás y me dijo:
¡¡¡¡COOOOOOOOONGAAAAA!!!!! Y, claro, que vas a hacer, pues te pones a bailar... ¡Eso te lo hace un tío en el autobús y le partes la cara! ¡Pero como es Nochevieja y además lleva un gorro de gnomo y una pajarita dorada... ! ¡Pues hala! Y de repente te das la vuelta y llevas cien personas enganchadas a tu culo. ¡A ver como escapas de ésta! Porque una conga es como una secta: entrar es muy fácil pero salir es muy jodido. Porque en el garito hay como doce congas girando a toda pastilla...
Bueno, pues iba yo conduciendo mi conga... por mi derecha, cuando, de pronto, me veo venir en dirección contraria una conga suicida acojonante conducida por un gordo con gorro de Napoleón. Yo le iba a hacer ráfagas, pero como las congas no llevan ni luces ni nada... pues, para evitar la colisión, di un giro brusco a la derecha... ¡Y metragué entera una columna de espejitos! ¡Siniestro total! Doce heridos leves y una columna de espejitos destrozada. Y yo, con una ceja abierta tirado en el suelo pensaba; en ésas me desmayé. Al despertar estaba en la sala de urgencias, rodeado por todos los de mi conga. Algunos todavía no se habían desenganchado; habían venido corriendo detrás de la ambulancia.
Bueno, las urgencias en Nochevieja, hay que vivirlas. Como allí también es Nochevieja, el camillero lleva un gorrito de moro, la enfermera un collar de hawaiana y el que te cose la ceja unos dientes de Drácula, ¡que te da una confianza... ! El tío te dice: - ¿Qué ha sido? ¿Con una moto? - No, con una conga. - ¡Ay!, si es que van como locos con las congas... Cuando salí de allí me quería ir a mi casa, pero como era Nochevieja, acabé a las ocho de la mañana con la ceja grapada en un bareto... - Oiga, póngame un chocolate con churros. - Pues sólo nos queda Nesquick y algunos dónuses... Es que los últimos churros se los han tomado los de una conga, ¡traían un cachondeo...! Había un gordo que llevaba un casco de Napoleón... ¡No le digo más! Y es lo que yo le digo a los clientes: si no disfrutas en Nochevieja, ¿Cuándo vas a disfrutar?

Así pues estimad@s amig@s bloguer@s, deseo que muchos muchos años podamos seguir debatiendo, analizando y aprendiendo es esta enigmática herramienta informática que son los Blogs.
Un fuerte abrazo y Feliz año nuevo.

3 comentarios:

Juanjo Rubio dijo...

Yo seguí las uvas con la IGartiburu.

Feliz 2011, amigo.

Marcos dijo...

Feliz Año, Óscar.
Y sí, yo también seguí las uvas con Igartiburu y Mota.
Saludos progresistas de Madrid.

Lydia Giménez-Llort dijo...

Feliz Año Nuevo 2011, querido amigo!
Un besazo bien grande desde Barcelona : )
Lydia

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