lunes, 10 de mayo de 2010

LA QUIMERA DE UN REFERENDUM EN VALENCIA


AVENIDA DIAGONAL DE BARCELONA
La ciudad de Barcelona es todo un ejemplo de modernidad, vanguardia, innovación, etc… y hechos como los que se están dando estos días, lo demuestran.
El Ayuntamiento de Barcelona, dirigido por el Socialista Jordi Hereu, ha decidido que tal vez sería viable y positivo, hacer una reforma de una de las arterias principales de la ciudad, la conocida popularmente como Diagonal.
Pero el Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, con un talante democrático que viviendo en la ciudad de Valencia, nos parece de otro país, ha decidido llevar a cabo un referéndum para comprobar las preferencias de la ciudadanía
En este referéndum en el cual pueden votar todos los ciudadanos, mayores de 16 años empadronados en la ciudad de Barcelona, (con independencia de su nacionalidad), se ofrecen tres opciones; dos con proyectos dispares, y una tercera en la que se dice que se quede la avenida tal y como está.
Afirman desde el Consistorio barcelonés que el resultado no será preceptivo, pero si vinculante, y que atenderán a lo que digan los ciudadanos.
RITA BARBERÁ Y FRANCISCO CAMPS
Esto como os decía visto desde Valencia, es algo casi increíble; imaginaros cuantos problemas se hubiesen evitado si la conservadora Rita Barberá, hubiese hecho un referéndum a toda la ciudad de Valencia, sobre si derriba o no el barrio del Cabañal, para hacer una avenida, o sobre si ponía una subestación eléctrica o no en el corazón de patraix, o sobre si se permitía construir el Campo del Mestalla, en suelo destinado para dotaciones de los barrios de Campanar y Benicalap.
Pero de todos es sabido el talante de la conservadora Rita Barberá, cada vez más extremo, excluyente y alejado del diálogo y el consenso.
Así pues acabo mi post, animando a los barceloneses a que se informen y voten en conciencia; siendo conocedores que esa posibilidad en una ciudad que apenas dista 350 kilómetros de la suya, es toda una quimera.

2 comentarios:

Patraixense dijo...

Llevo más de 20 años
viviendo en Valencia
y más de 10 en Patraix.
Las cosas han cambiado
poco, pero han cambiado.

Pero hay cosas que nunca entenderé.

¿Por qué nos miramos tanto el ombligo?
¿Por qué siempre queremos tener la casa arreglada "de puertas a dentro"?
Somos capaces de lanzar la basura por la ventana por tener la casa limpia, pero nos da lo mismo como pueda estar la calle. Y claro como la tele esta dentro de casa y es nuestra ventanita a la realidad, lo que vemos allí es que Valencia es grande, conocida internacionalemente una ciudad del siglo XXI, pero nunca mejor dicho: con pies de barro.

¿Qué hacer para cambiar esto?
En las últimas elecciones, en Patraix volvieron a ganar los populares al grito de "falles, traques i bunyols"... mientras una subestación nos estallaba en las narices.

Pero no hay que darse por vencidos, tengo hijos y les intento inculcar valores que creo importantes. Empezando por valorar a tus vecinos, convivir con ellos, ayudarnos, jugar y no luchar, entender que el mundo no es un circuito de formula 1.
Y que hay que valorar lo justo e incluso luchar por ello si es necesario.

¿Qué tenemos para cambiar las cosas? Poco, pero puede ser suficiente.

La democracia puede ayudar al cambio, pero debemos estar más unidos.

Nuestras fiestas, son ideales para exhibirse y divertirse. Pero también deben servir para crear unidad, para buscar el respeto con los demás. Los falleros deben entender que la fiesta no es suya, ni la calle tampoco. Tanta falta hace tener falleros, como público para los eventos.

Los movimientos vecinales, son los más importantes y en ellos deben tener cabida todos los vecinos, no estaría mal conseguir que por lo menos aunar a falleros, asociaciones del barrio. Y buscar objetivos comunes que empiecen por el respeto y la integración de todos. Sé que ya existen movimientos en este sentido, pero se deberían hacer públicos.

Lo que debemos aprender de nuestros políticos, en especial de los de la Comunidad Valenciana es lo bien que saben estar unidos, a las buenas y a las maduras. Son capaces de mantenerse unidos y pocas veces se atacan entre ellos, seguro que en los despachos realizan su "hoy por ti y mañana por mi".

Apliquémonos el cuento. No es necesario mucho esfuerzo, empieza por tirar la basura en su contenedor, en participar en nuestras fiestas, en potenciar lo que puede ayudar a tener un mejor barrio. Las asociaciones que tenemos nos ayudan en mucho, desde una escuela de música que abre puertas a los jovenes, a fallas que realizan desfiles de moros y cristianos y que saben que sin público no son nada, a scouts que realizan sus obras de teatro,...

A esas asociaciones les pido que dejen sus puertas abiertas, a días libres para que la gente tengamos un lugar donde ir a reunirse, a charlar, a hacerse un cerveza y ver como se puede arreglar todo lo que nuestros dirigentes dejan abandonado. O simplemente compartir cultura y educación.

Nos hacen falta centros comunitarios donde todos (jóvenes y no tan jóvenes podamos estar juntos sin tener obligaciones), al final si somos educados y simplemente charlamos... no habrá enfrentamiento y habrán puntos de coincidencia y unión.

Aprendamos de lo bueno y cambiemos lo malo.

(Perdona la extensión, pero hay tanto que hacer y tan poco tiempo)

Anónimo dijo...

València está a años luz de nuestra hermana Barcelona, y ello empezando por la propia sociedad barcelonesa que tiene capacidad de autocritica y por lo tanto es consciente de las necesidades de la ciudad.
Aquí eso es imposible, se nos hace creer que con unos eventos de pacotilla los problemas de la ciudad están solucionados, y lo peor de todo ¡¡como se va a dar al ciudadano capacidad de pensamiento a través de un referéndum!!.
Hace unos días coincidí con un fascista en una taberna y criticaba el cavernícola a la política de barrio, menospreciando a la gente que la practica.
Eso es lo que quiere Rita Barberá y su P.P. que no se practique la esencia de la polítcia, lo más cercano al ciudadano, ni pensando libremente (para ello tiene a sus agentes) ni muchos menos a través de un referéndum.
Y mientras tanto Rita Barberá y Camps, hablando con Dios, ¿de qué hablarán con Él? quiero pensar que de sus pecados, ¡¡pero si no tienen coraje para reconocerlos públicamente!! ¿cómo los van a reconocer ante el altísimo?.

-Maulet-.

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